Como en ediciones anteriores, la carta ganadora del X Certamen de Cartas de Amor "San Valentín" 2016 será editada en el nuevo número de la revista las Hojas del Foro Creación y Lectura de la Biblioteca de Grado/Grau y que se presentará en octubre.
No obstante, se nos pregunta insistentemente por este tema, así que hemos optado por publicar en nuestro blog la carta ganadora titulada Querida Mary y obra de Dña. Sara Gutiérrez Sánchez (Madrid).
Ya sabes lo
que me cuesta expresarme. Me resulta muy difícil hablar con la gente, incluso
contigo. Pero estoy viendo tu rostro ahora mismo y eso me ha sobrecogido tanto
que de pronto he sentido la necesidad de sincerarme.
Plainfield
siempre ha sido muy pequeño y a mí me costaba relacionarme con la gente de
aquí. Me sentía fuera de lugar, pero no sé si eso era culpa mía o de este
sitio. Sea como sea, me pasé muchos años solo, sin otra compañía que mi familia
y el trabajo. Trabajo y más trabajo.
Ya creía
que esto de encontrar a la persona perfecta era un cuento y que sólo ocurría en
las películas. Pero eso sólo fue hasta que te conocí. Cuando entré en la
taberna y te vi, con esa radiante sonrisa que brillaba como un faro entre la
niebla, me quedé prendado de ti para siempre. "¿Quién es? ¿Cómo se
llama?", logré balbucear. Billy, mi compañero de trabajo, se rio al ver mi
cara de idiota enamorado y me dijo que eras la dueña de la taberna y que tu
nombre era Mary.
Mary...
Sólo dos sílabas que guardaban un increíble poder. No puedo empezar a
explicarte el efecto que tenías sobre mí. Verte me hacía temblar. Sentía
recorrer electricidad por todo mi cuerpo cuando tu mirada se cruzaba con la
mía. Pero yo era demasiado cobarde, así que simplemente clavaba la vista sobre
mi copa mientras rezaba para reunir fuerzas suficientes y poder hablar contigo,
día tras día.
Así fue
hasta que me armé de valor. Te vi aquella noche, tan hermosa y frágil. Cada
átomo de mi cuerpo gritaba tu nombre. Mary, no pude evitarlo y, como si
estuviera hechizado, me acerqué a ti. Olías a flores de cerezo, a primavera. Si
cerraba los ojos, casi podía sentir el sol acariciando mi rostro mientras la
suave brisa enredaba entre mi cabello. Inspiré tan hondo como pude. Al verme,
me sonreíste y me hiciste sentirme tan grande y pequeño al mismo tiempo. Allí
supe que sería tuyo hasta el fin de mis días.
Te estoy
mirando ahora, Mary. Te miro y me devuelves la mirada. Tu sonrisa sigue siendo
mágica y llena de amor. Toco tu suave mejilla y el reflejo del espejo te
muestra, con mi mano acariciándote la cara. La piel de Bernice jamás ha sido
tan delicada, Mary. Ella no tiene nada que hacer contra ti. Tú has sido mi
primer y verdadero amor.
Y mi
sensación favorita es poder meterme dentro de tu piel. Eres mi principio y mi
fin, Mary, mi obra maestra. Arrancarte la cara fue la culminación de mi
existencia.
Con amor,
Ed Gein.
No hay comentarios:
Publicar un comentario