NUEVAS ALAS PARA EL AULA DE LAS METÁFORAS

La origamista Marta Beltrán dona su escultura “Árbol de Alas” al espacio poético de Grado

La pieza “Árbol de alas”, creada por la logopeda y origamista Marta Beltrán está ya instalada  en el Aula de las Metáforas tras haber sido expuesta durante varios meses, y dentro de la Muestra “A la sombra del árbol”, en el Palacio del Quintanar de Segovia, actual Museo del Diseño de Castilla y León que dirige el artista y diseñador italiano Gianni Ferraro.

Una vez terminada dicha exposición, la autora decidió donar la obra, con carácter indefinido, al Aula creada por su padre, el poeta Fernando Beltrán, por considerarla una pieza de intenso carácter poético y metafórico. Donación que le hace especial ilusión asimismo al tratarse de la tierra de la que su familia es originaria, y a la que se siente tan vinculada.

"Árbol de alas" en el Aula de las Metáforas

“Árbol de alas” es una pieza realizada sobre base bonsai, con una estructura en papel seda y cien grullas en sus ramas elaboradas en técnica Origami, una modalidad artística procedente de Japón que consiste en realizar figuras a partir del plegado de hojas de papel, sin cortar y pegar, solo doblando. Una técnica que exige extrema habilidad y un virtuosismo al alcance tan sólo de personalidades como el gran maestro origamista Manuel Carrasco, del que Marta Beltrán se siente orgullosa discípula.

Marta ha elegido las grullas al ser un ave venerada en todo Japón como símbolo de fortaleza, protección, salud, esperanza y fidelidad, y la base bonsai como símbolo de eternidad en la cultura china. 

Marta Beltrán (Madrid 1986) ha creado e impartido asimismo numerosos talleres para niños en los que ha fusionado el origami con su labor como logopeda, puesto que este arte, aparte de impulsar la creatividad e imaginación, potencia, entre otras, la estimulación cognitiva, el razonamiento, la capacidad atencional, la orientación viso-espacial, la comunicación y el lenguaje. 

Marta Beltrán con su obra en el Palacio del Quintanar de Segovia, donde la pieza
 estuvo expuesta durante cuatro meses y recibió miles de visitantes