Exposición de retratos de María del Roxo
17 al 31 de mayo de 2021
Corredor de la Casa de Cultura de Grau
Lun a Vie: 10:00-20:45
Sáb y Dom: 10:00-14:00 15:00-20:45
Puede que la cara sea el espejo del alma, pero ante todo es el reflejo de nuestro cerebro y de nuestras vivencias. Todo lo que somos está escrito en nuestro rostro, tanto aquello que queremos que los demás vean, como aquello que intentamos mantener oculto. Claro que no todo se ve a primera vista y uno debe tener paciencia para mirar, analizar, interpretar y averiguar lo que la estructura, el tono, la piel, las arrugas y los signos más sutiles nos dicen de cada persona.
Dentro de este contexto, los rostros de las personas mayores son como mapas del tesoro. Nos muestran curvas de nivel emocional, ríos de pasiones, abismos de pena, valles de eterna primavera. Por eso las facciones de esta colección de ancianas pueden ser más o menos risueñas, armoniosas o amables, pero todas estas mujeres tienen en común la transparencia con la que nos muestran su vida, la desnudez de sus sentimientos, la entrega sin tapujos de sus mayores secretos.
Nos hablan sus ojos apagados o brillantes, nos hablan sus bocas mudas, sus mejillas consumidas, los párpados agobiados por el peso de la edad. Nuestras abuelas nos relatan la mejor fábula que jamás nos hayan podido contar, el cuento real y vivido de lo que es o ha sido su existencia. Lo único que tenemos que hacer nosotros es escuchar cada arruga, observar cada suspiro y leer con atención la tonalidad de su piel.
Si mi pincel os ayuda a entender su mensaje, habré cumplido mi misión.
María del Roxo
A través de los rostros de estas abuelas María del Roxo nos hace un relato de la vida. El ser humano es poliédrico y si las miramos bien nos reconoceremos. En el gesto grave de la dama clásica, porque la gravedad también nos sobrevuela. Y en el guiño divertido de la mujer que viste sus arrugas con un chándal colorido, porque también a todos nos gusta pensar que la vida conviene tomársela a broma. Es el relato de la vida, de sus vidas y de las nuestras. Si en ellas nos buscamos, nos encontraremos. Esa es la propuesta. Reconoceremos la soledad, la ingenuidad, la severidad, la ternura, la desconfianza. La picardía, el atrevimiento, la desolación, la simpatía…
¿En quién no habita todo ello?
Decía Miguel Hernández: ‘’Mis ojos sin tus ojos no son ojos’’. La artista eso nos propone. Que completemos su mirada. Y las miradas con la que esta colección de ancianas a su vez se asoman a nuestras vidas.
Les invito a imaginar quiénes son, cómo han vivido. Novelemos con ellas cada vez que las observamos. Entablemos un diálogo con cada una. ¡Tienen tantas cosas que contarnos!
Yolanda Giraldo
Me gusta.siempre se ha dicho que los ojos son el reflejo del alma pues la cara tb
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