El sábado, día 23 de abril, a las 18 h. visita guiada a la exposición "Éter" y encuentro con la autora, Anka Moldovan, y la comisaria de la exposición, Andrea García.
Exposición "Éter" de Anka Moldovan
▪️ Hasta el 30 de abril
▪️ Horario: de lunes a domingo, de 10:00 a 20:45 (sábados y domingos, cerrado entre las 14:00 y las 15:00)
▪️ Lugar: Patio de la Casa de Cultura de Grau/Grado
LA EXPOSICIÓN
Anka Moldovan expone en casa, en Asturias, donde fijó su residencia en 2019 y de donde ha surgido la inspiración de la que han brotado nuevos seres etéreos. Digo inspiración, aunque sería más preciso hablar de expiración porque es su aliento el que crea esos mundos en el que el aire se hace protagonista. Son espacios y personas que conocemos las que caminan hacia nosotros en sus tablas, siempre de frente, siempre hacia adelante, con la decisión y resolución de los seres morales, pero, aunque reconocemos todo, no podemos evitar la inquietante sensación de estar asomados a un universo paralelo al que no pertenecemos, pero al que la pintora ha abierto un portal por el que podemos asomarnos.
Como dice la comisaria de la exposición, Andrea García Casal, “la artista mantiene vivo el concepto de éter, pues en calidad de demiurga elabora las obras de su universo particular siguiendo una armonía.”
Éter era un concepto hipotético que definía un fluido invisible e imponderable que lo llenaba todo y lo transmitía todo. Desde la perspectiva científica es un término descartado, desde la poética y la artística es, como demuestra la obra de Anka Moldovan, un terreno fértil y enormemente
sugerente.
En su semiabstracción nos obliga a los espectadores a mirar, observar y completar el relato porque
como señala certeramente la comisaria, “los personajes, en soledad o en multitud, transitan en
una atmósfera neblinosa, que descontextualiza todos los motivos pictóricos.”
Éter, niebla, aire… sea cual sea el nombre que le otorguemos, esa atmósfera visible y expresiva,
poderosa como en los románticos cuadros de Turner, acoge un desafío al que todas las criaturas
creadas por Moldovan responden interpelándonos, dialogando con nosotros cuadro a cuadro, y
aunque nos hablan de un mundo incierto, consuelan, nos dicen que no estamos solos, y confortan,
revelan que somos más fuertes.
Conocer a los seres anhelantes creados por Anka Moldovan es atreverse a mirarse en el espejo.
La exposición del Patio de la Casa de la Cultura del Ayuntamiento de Grau/Grado nos da la
oportunidad de asomarnos a una obra radicalmente honesta e individual lo que le otorga la
condición de universal.
LA AUTORA
Anka Moldovan nació en 1976 en Cluj-Napoca, Rumanía. “Crecí rodeada de iconos. Mi padre es
sacerdote ortodoxo y la cotidianidad de ver el interior de las iglesias y monasterios pintados, el
inmenso tamaño de las figuras representadas en las paredes, los colores brillantes, las bóvedas
de oro… Todo eso me fascinó desde pequeña.”
La decisión de la Iglesia Ortodoxa de enviar a su padre a España, permitió a su familia alejarse
del régimen de
Ceaușescu que ya había
provocado el éxodo de la
intelectualidad rumana.
En 1980, su padre funda
la primera iglesia
ortodoxa de España y
toda la familia se instala
en Madrid.
No estamos hablando de
una exiliada, Moldovan ha
vivido a caballo entre
España y Rumanía,
absorbiendo las dos
culturas e integrándolas. “Pasaba los veranos en la casa de mis abuelos, en un pueblo rural de la
Rumanía comunista de Ceaușescu. Allí, la luz se iba con frecuencia y mi abuela encendía velas y
candelabros por la casa, creando sombras gigantes proyectadas en la pared que yo perfilaba con o primero que tuviera a mano: lápices, tizas, carbón, queriendo imitar los muros de los templos
ortodoxos. Aunque a mi familia no siempre le hacía demasiada gracia mi afán por decorar las
paredes, tengo que agradecerles que me compraran más lápices de colores que muñecas.”
Licenciada en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid en el año 1998, ha contado
con las enseñanzas de pintores españoles como Francisco Molina y Guillermo Oyagüez y también
con la de artistas rumanos como Florin Ștefan.
Al finalizar la carrera, colaboró con el productor y director de televisión Valerio Lazarov, sirviendo
de puente cultural para el desarrollo de una nueva televisión en la Rumanía democrática.
Comprometida con temas sociales de la Comunidad de Madrid desde el año 2007, llegó a ser la
primera diputada de la Asamblea regional de origen rumano. “siempre he considerado importante
que el ciudadano se implique políticamente, se comprometa, aportando así su visión para mejorar
la sociedad.”
Sin embargo, todos estos vericuetos no la distrajeron de su naturaleza enraizada en la pintura,
exponiendo en Madrid, Oporto, Nueva York o París, siendo reconocido su trabajo en diversos
concursos y recibiendo la Medalla al mérito por la contribución a la imagen de Rumanía en el
mundo, otorgada por el Gobierno de Rumanía.
Desde 2019 vive en un lugar pequeño de 9 habitantes del concejo de Salas, en Asturias donde ha
construido su taller en un antiguo pajar rehabilitado. “Vivo en el campo, en plena naturaleza. Aquí
tengo el silencio, la tranquilidad, tiempo para pensar, para experimentar… Desde mi estudio puedo
disfrutar de unas nieblas rotas de luz que me inspiran para pintar a mis personajes que vienen del
otro lado de la bruma”
Obra fascinante entre reflejos de sombras enigmáticas, sembradas de realidad y transparencia
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